
Hace algo mas de una década nos deleitábamos con la selección cafetera de Valderrama, Rincón,
Asprilla, Higuita, Alvarez, etc. Futbol a ras del suelo, preciso, suave, una poesía caribeña de toques cortos y pases al vacío.

Esa filosofía, pero con jugadores standars se convierte en el terror de todo técnico: fulbito. Colombia aburre, trota la cancha, lateraliza la pelota hasta olvidarse donde queda el arco.
y efectividad extrema. Martino es un técnico trabajador, arriesgado,
no miente, siendo ídolo leproso, no va a ser técnico de Newells mientras
el Padrino Lopez siga siendo presidente del club, y además simpatiza
con el futbol de Van Gaal y compañia, no casualmente, el Tata
fue campeón de Argentina y finalista de la Libertadores con Marcelo Bielsa.
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