Nunca es triste la verdad (uruguay - brasil)

Otra vez la misma historia de final amargo en el futbol. Otra vez el poderoso derrotando al débil. Otra vez esa maldita costumbre de arañar las hazañas.

De ahí tal vez surge la derrota, de la idea de que ganarle a brasil es heroico, de que lo sorprendente sería que gane Uruguay.

El mundo nos enseña que brasil es superior, en cualquier esquina nos recuerdan las 5 copas del mundo, nos dicen que brasil inventó el futbol en 1970, que pelé hizo 1200 goles, las empresas más importantes usan sus rostros para transmitirnos ideas de satisfacción. Y nosotros, pobres ilusos, compramos el mensaje.

Aceptamos que si le ganamos a brasil, logramos algo importante, pensamos que lo que hace ronaldinho en una propaganda es jugar bien al futbol, pensamos que el tribunero de Robinho es imposible de parar y que nunca alcanzaremos la felicidad que ellos disfrutan.

Brasil salió hoy a jugar el partido a muerte, sin alegría ni lirismo, estos jugadores de segunda línea, que todavía no tienen los millones de Kaká, marcaron fuerte, jugaron un partido durísimo y lo hicieron bien. Ojalá que Maicon, Baptista, Doni, y algún otro cuando no les alcance la vida para contar sus billetes, no desaparezcan de la cancha en los partidos jodidos, como pasó hoy con el (reitero) tribunero de Robinho.

El periodismo opina que es poco común que brasil juegue así, que es contra su historia, pero el jogo bonito del que hablan tanto no lo vieron ni siquiera en video, salvo algunas jugadas aisladas, saben de eso solo por memoria escrita o hablada, que no es del todo confiable por supuesto.

Uruguay jugo un gran partido por ganas y por grandeza, se equivocó poco, pero poco es demasiado en estos partidos. Los dos goles de brasil agarran a Uruguay muy mal parado.

Imaginamos el dolor del gran Pablo García o de Lugano y se nos anuda la garganta. Pero hay que salir adelante, el sur es duro amigos. Mañana hay un pasaje a la revancha, esperemos que no juegue el uruguayo Neri, y que los argentinos puedan llegar descansados al domingo y borrar esa sonrisita brillante por un tiempito. Hoy...

Nueva decepción en el nevado Río de la Plata.