Nace una estrella

Ellos nunca pudieron jugar bien al futbol, trataron en su tierna adolescencia de quedar en el club mas cercano, pero no tuvieron capacidad o suerte.

En alguna curva de la vida, vieron la posibilidad de estar dentro de un campo de futbol, y la aprovecharon. Pero conservan el ansia de perdurar, el deseo de ser protagonistas, la necesidad de ser noticia de alguna manera.

Los árbitros estrella le hacen bastante daño al futbol, con el ceño fruncido y ese aire de autoridad brutal, recuerdan en medio de pasto, atletas y deporte a ese policía desagradable de la comisaría que fuma en la puerta, o a ese patrón sin sonrisa que desprecia al que pasa.

Ellos encarnan la ley, son los portadores del reglamento, están por encima del jugador, del hincha y hasta del juego mismo, ellos dictan las normas a seguirse en el verde césped.

No tienen por que dar explicaciones de sus decisiones, su decisión es inapelable y definitiva. Si el condenado insiste en su protesta será desterrado con rostro desafiante y represivo, es indispensable, para que el match se conduzca por los carriles pertinentes, que el jugador acate disciplinadamente los fallos de la autoridad.

Tal vez el error pueda pasar por encima del honor y la preparación, pero no por eso podemos caer en el caos de reclamar que el referee revea su condena.

Hoy ganó Boca, 2 a 1 a Gimnasia en tiempo de descuento, después de que Lunati expulse con el partido 1-1, bien a Escobar y muy mal a Civelli, ambos jugadores de Gimnasia. El chico Civelli salió tarde a cortar una arremetida de Ledesma y la imagen no deja claro si el jugador de gimnasia lo toca o si el volante xeneixe pierde el equilibrio por la propia velocidad que llevaba. De lo que no quedan dudas es de que la jugada no era de ninguna manera para roja directa como sacó el árbitro mas conocido de la Argentina en estas horas. Cuando el defensor de Gimnasia protestó, Lunati lo miró con su rostro mas agresivo y le señaló la salida con desprecio. Varias faltas comunes cobradas en favor de Boca mas el ingreso de Boselli y Gracián terminaron de inclinar la cancha hacia el arco de Cejas que fue viendo como el area se le iba llenando de gente.

Antes de la entrada de Gracián (después de la primera expulsión) boca no jugó a nada y pudo haber recibido algún gol. El 4-4-2 de Russo termina siempre en centros bombeados a Palermo que ya no tiene el peso en el área que tuvo hasta hace poco.

Respira el boca que tiene cinco días para recuperar a Riquelme y ya cuenta con un interesante jugador como Gracián si es que tiene que reemplazarlo. Después del gol, faltando tres minutos de descuento, Russo se queda vendiendo humo, señalando a los jugadores posiciones imaginarias que la cámara retratan con detalle. Lunati se sintió importante esta tarde, y a casi nadie le importa el dolor de Civelli y de los sufridos hinchas triperos. La injusticia ganó sobre la hora y es tapa de los diarios.