El Kaiser, con los días contados.

Finalmente, si dios y los Schlenker lo permiten, todo parece indicar que el domingo debuta River en el Nuevo Gasómetro.
La política de posponer el inicio se le vino en contra al equipo de Passarella, que en vez de debutar en Jujuy o en el monumental frente a Newell's, por cuestiones de violencia termina debutando de visitante, contra el San Lorenzo campeón del mismísimo Ramón Diaz.
Después de un año y medio de muy pobres resultados, el técnico de River afronta un inicio de temporada con partidos entresemana, directivos al borde de la cárcel y la firme sospecha de que el plantel no lo banca ni un poquito.
Además, el cambio de jugadores le salió caro a River, a las bajas de Carrizo, Tyson Rivas, Dominguez, Oyola (de buen inicio en Independiente), Sambueza, Zapata (golazo el viernes pasado), San Martin, Galván, Barrado, Farías, Sand, F. Higuaín y Abán lo compensa con las incorporaciones del Mumo Peralta, Alexis Sanchez y el Roly Zárate, aparte de Vega y Nico Sanchez, dos chicos de Chicago.
El plantel que se quedó afuera en primera ronda de la Copa y que quedó cuarto a doce puntos del campeón, tiene que luchar con un plantel disminuído, un técnico desgastado y una dirigencia en jaque perpetuo.
Es triste ver a River en esta situación, ni siquiera la vuelta de Burrito parece despertar esperanzas.
En los bares se levantan apuestas a ver quien acierta la fecha de renuncia del Kaiser, que ni siquiera él parece muy convencido de llegar a fin de año dirigiendo al equipo de Nuñez.